Lo que guarda un caracol

Lucrecia y su voz interior, Mirko, su peculiar historia, sus padres, María e Ivo, la terapeuta, Miriam, los becarios, Agustina y Alejo, y Fernando Plazas, el coordinador de un equipo de científicos que investiga caracoles marinos, son los personajes de Lo que guarda un caracol. La incorporación de Mirko al grupo de trabajo moviliza ciertos esquemas, desentierra estereotipos, renueva formas de convivencia, visualiza distintas maneras de concentrarse donde entra en juego la aceptación del otro. Esto hace que se desencadenen cuestionamientos que tienen que ver con la tolerancia, la paciencia, la amistad, la incomodidad hacia el diferente.

Las distintas voces de los personajes construyen un espacio particular con escenario y temática poco abordada en la LIJ. Por un lado, está la estructura y la manera de contar: una verdadera alquimia narrativa. Cada personaje tiene una marca en el punto de vista reforzada por la propia sintaxis, los blancos de Mirko, por ejemplo, la contención emocional de Fernando, la intolerancia de Alejo o la irritación de Agustina. Los prefacios científicos están dispuestos en verso y las escenas retrospectivas (flashback) aportan información sobre la historia de Mirko. Por otro lado hay saberes, trabajos de investigación, documentación que se deslizan sin obstaculizar, porque Paula Bombara los convierte en literatura.