Un niño en la calle ofrece a los automovilistas tres pelotitas. La tensión entre el niño y los conductores de los automóviles va en aumento a medida que los colores transitan del verde, al amarillo y luego al rojo.
Las figuras se recortan inconclusas, dando la sensación de continuar más allá del borde negro que las rodea. El final es el inicio y volvemos a leer las escenas en las que los coches se repiten iguales, cercando al niño que ofrece las extrañas pelotas de colores una y otra vez.
De noche en la calle, de la brasileña Angela Lago, nos relata una historia tristemente familiar en nuestras ciudades, valiéndose de la poderosa expresividad de sus imágenes.